Momentos que duran para siempre
Maria Cristina Roth
El género de la película: drama, su origen es una co-producción entre
Suecia, Finlandia, Noruega Alemania y Dinamarca.
Ambientada en los albores del siglo pasado, está inspirada en la
biografía de la abuela del director Jan Troell, en una época de cambios
sociales y descontento, de guerra y pobreza y una clase obrera joven y
trabajadora. Ya al comienzo del largometraje hay una voz en off que describe la
mirada atenta y original de María Larssons, la gran protagonista de la
película. Troell recrea con gran estética y delicadeza, las anécdotas y
vivencias existenciales de una progenitora
llena de sensibilidad, coraje, fortaleza, resiliencia y firmeza.
Se desarrolla la historia en 1907 cuando María conoce a Sigfrid un
hombre libertino, con el que se casa siendo ella aún muy joven, y, prontamente
ella evidencia su falta de responsabilidad, constancia y de perseverancia para
conservar ningún empleo. Esa actitud de ineptitud, ligereza y liviandad, en la
personalidad de su marido, generan ira, frustración, violencia interna y
externa que terminan manifestándose, tanto en el ámbito doméstico, familiar y
de la vecindad.
Ella siente un gran desengaño amoroso, decepción, y pesadumbre y busca
protección en la casa de sus padres, pero allí no encuentra el apoyo esperado;
tal vez, por la rigidez moral y religiosa de la época y su familia sumado a la
organización social y cultural de un fuerte patriarcado y verticalidad
imperante en la época.
Debe regresar a su hogar siguiendo el mandato de su padre que “la unión
matrimonial es hasta que la muerte los separe”, aunque su rostro lastimado
evidenciaba que había sido golpeada por la violencia de su marido. El camino
de retorno lo emprende, con un gran
dolor de no haber sido comprendida y con una gran frustración.
En las diferentes escenas, a lo largo de la película, ante los actos
hostiles y de agresividad descontrolada de su marido ella manifiesta una gran
resiliencia y lucha por conservar la familia, preservar a sus hijos que
observan y padecen esa violencia intrafamiliar con el agregado que , a medida
que iban creciendo, se presentaba en algunos de ellos, un sentimiento de
ambivalencia ante el trato y agresión de sus amigos diciéndoles , por ejemplo,
que su padre era alcohólico, generando una gresca callejera entre ellos, y al
llegar al hogar el padre, sin piedad ni racionalidad alguna los castigaba a
ellos cruelmente. También ven con qué
descaro, desparpajo y hasta con osadía,
se pasea por el pueblo con otras mujeres
abiertamente engañando y ultrajando en su reputación y humillando a su madre ante la gente del
pueblo.
Ellos
dolidos, observan la lucha cotidiana de María, de ser una buena madre, una
buena ama de casa, luchadora y muchas veces tiene que salir a buscar a proveer
el alimento para la familia, tiene 7 hijos, siete bocas para alimentar, con ese
desaforado, que en la desazón y ansiedad han sido engendrados.
Pero el destino quiere que ella, en una rifa, se gane una máquina de fotos, ella no sabe
qué destino darle y como necesita dinero
decide venderla… Esta decisión genera un cambio significativo en su
vida, y es así cuando comienza a disfrutar de la amistad, y el afecto con el
señor Pettersen, dueño de una tienda de fotografías en el barrio.
Quien le muestra que a través de esa lente ella accede a ver otras cosas
de la vida, que no imaginaba ni conocía, provocando todo un giro copernicano en
su mundo interior que se abre a un universo desconocido, inédito e ignorado,
pero que se torna atrapante, lleno de sorpresas y posibilidades.
Ante este incentivo es cuando se anima hacer sus propias fotos, y de esa
manera la cámara se convierte, para ella en un ventanal al cosmos con un
sentido mágico también para captar, las escenas de la vida cotidiana en forma
prodigiosa y admirable que le
suministran un respiro a su tumultuosa y difícil existencia cotidiana.
La película tiene una buena narración escénica, visualmente me resultó
bellísima, muy emotiva, con emociones muy fuertes y duras, pero los personajes
bien protegidos y logrados y una gran ternura en los rostros de esos bellos,
asustados y sufrientes siete hijos!!!
Hay algunas referencias históricas, como la presencia de la Primera
Guerra Mundial y las consecuencias que trajo en la vida de ellos, hambruna,
escasez, pobreza, pero enfocada en un segundo plano. La luz y la música
patentizan en forma estética exquisita, las diferentes pasiones, el sacrificio,
el dolor, los momentos de algarabía y alegría familiar y del pueblo.
Siempre se puede encontrar una salida, o huida a ese mundo
desesperanzado, hostil que no los albergaba, sino que los hacía sentir como
extranjeros, aún en su propia tierra.
¿Qué mensaje me deja esta película? Que no es sólo una pintura estética
e históricamente impecable de la vida en los comienzos el siglo XX, sino
internalizar en lo más profundo de mí y reflexionar sobre los modos, en que hoy, concebimos y experimentamos el amor, a la vez que apunta a
encontrar formas más plenas de vivirlo individualmente y comunitariamente.