EL BAILE: CINE PARA SENTIR
Me quiero
remitir a la cita, inicialmente, de Ana María Soriano, donde nos dice que el
director italiano, Ettore Scola con su película “El Salón de Baile” del año
1983, es considerada la película, por la mayoría de los críticos, como una de
las películas musicales por excelencia.
No hay
diálogos y el peso de la película recae en la banda sonora, con su
extraordinaria y expresiva en los diferentes espacios y protagonistas, en
espacios comunes y cotidianos y los fotogramas que la acompañan, nos van
llevando de la mano en un recorrido histórico, secuencial, donde evidencia una
crítica y caracterización de la situación política de la Italia con desempleo,
la pobreza expresada en secuencias y tiempos sonoros largos. Por ejemplo
1936:
escenografía predominan las imágenes en rojo frente al triunfo popular
1939:
Observamos ya la vestimento que nos muestra que ya ha sido invadida por los
nazis
1945: Se termina la guerra, gran tristeza los
embarga por los que han muerto en ella, suenan las campanas, pero su sonoridad
no es de alegría sino tiene momentos de dolor. Se reúnen aquellos que estaban separados por la guerra
y bailan juntos!!
1946: Crece
la influencia de los aliados, los norteamericanos, suena el jazz tanto la banda
como las letras son en inglés.
1950: Música
latina, las mujeres se visten y se peinan diferente y la banda toca música
mexicana.
1960:
Aparecen allí también la música de los Beatles, y también se modifica la
vestimenta, más rockera, camperas negras
1983: En
este año se inicia la película se hace más difícil socializar, ya vemos presente el individualismo bailan separados y también con el mismo
género ( hombres con hombres) y al final cada uno se va solo, por su cuenta,
dejando el salón de baile!!
Qué se siente? Que la película no es ajena al
contexto social, político y económico de la época y hay una perfecta adecuación
y armonía con la música y los protagonistas.
Hay cortes musicales y fotogramas, que
relacionan las diferentes escenas y épocas históricas diferentes, de acuerdo al
color y sus cambios son armonizados,
melodiosos y rítmicos.
Por qué
elegí este tema? Porque en el baile todo se expresa a través de la banda sonora
y el cuerpo. Desde los mitos sagrados del Génesis domina la temática del cuerpo
femenino como potencia misteriosa y maléfica, elemento oscuro y diabólico que
se vale de “encantos y ardiles” con
actos de magia, seducción, fascinación, atracción y engaño. Y por qué no
cautivar y engañar.
El poder de
la mujer sigue confinado al plano de lo imaginario, fantástico y soñador.
La libertad de dirigirse a sí mismo se aplica,
en forma indistinta a los dos géneros, pero siguen construyéndose “en
situación” de a dos, con sensualidad, encantamiento. Vemos a los largo de la
diferentes escenas el cuerpo es vivido, desde la interioridad, como un yo
mismo…y aparece a instancia lúdica del juego de las miradas cómplices, por
momentos esquivas, de exquisita sensualidad, provocativas o sosegadas y
apacibles!!!
Aquí el cuerpo humano participa de toda la
manifestación de la persona, un cuerpo iluminado por la música. No hay
dualidad, conforman los bailarines una unicidad amalgamada, viva, vibrante,
chispeante y… por momentos triste con cierta pesadumbre y abatimiento…
El baile, es una de las manifestaciones, en el que el cuerpo humano, patentiza la
posibilidad concreta de ser y manifestarse, sin mediar palabra alguna. El diálogo
aparece en las miradas, los movimientos sensuales, con voluptuosidad y también
lujuria de sus cuerpos que expresan cada una de sus existencias y vivencias en
“ese acontecer”.
Scola nos muestra en este film con magia, sonoridad y profundidad pristina que la experiencia “con el otro” revela una
dimensión de la persona absolutamente irreductible a la relación con el mundo.
Por medio de la banda sonora se puede sustraer de toda objetivación y
conceptualización- y nos lanza al mundo del misterio, a la dialéctica
insondable de la mística de lo divino y lo humano.
María Cristina
Roth
25 de noviembre 2019