jueves, 20 de julio de 2017

Disyuntivas de nuestro tiempo: El desafío de ser persona en un mundo tecno-científico

Resumen:
El mundo sigue poblado de múltiples formas culturales, lenguas, religiones, cosmovisiones diferentes. Y este es el contexto en el que se desarrollan las actividades económicas lucrativas, organizadas en moldes competitivos y monopólicos, nacionales e internacionales. En la medida en que se liberan y agilizan las fuerzas productivas, junto con las relaciones de producción, demarcan las condiciones de igualdad y libertad de los propietarios de capital y fuerza de trabajo organizados en forma contractual.
Vivir juntos en un mundo significa: solidaridad y reconocernos que sólo podemos desarrollarnos como personas si nos responsabilizamos por el desarrollo y promoción “del otro”. Porque como nos dice Levinas “el otro nos interpela y debemos darle una respuesta”. La solidaridad entre los pueblos iberoamericanos  comienza en el diálogo de todos los que se asuman como personas comprometidas y responsables de su accionar.  En este sentido es el compromiso de cada uno,  consigo mismo, con los demás y con la Patria. La comunidad promueve la unión de las diversidades vivas.
No habrá desarrollo integral y pleno de la persona sin caridad, sin la vivencia de un “ordo amoris”, para pensar desde el otro, hacer con el otro y sentir con el otro.

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Libertad, Ciudadanía y Bien Común

Resumen
El cuidado mutuo entre los ciudadanos ayuda a construir una sociedad solidaria, pero muchas determinaciones normativas no sólo perjudican la convivencia social sino al resto del mundo que nos rodea.
Ante la crisis ecológica una nueva dimensión  nos lleva a pensar moralmente respecto de los seres naturales y a promover que sean legalmente protegidos. Se plantea entonces el tema de la responsabilidad sobre las consecuencias de las acciones del hombre sobre la naturaleza.
El hombre está obligado ontológicamente a la conservación de aquella con miras al bien común y a una moralidad solidaria de la especie humana: los bienes de la tierra son propiedad común de todos los habitantes y hay que administrarlos con criterios de amor y justicia.

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miércoles, 12 de julio de 2017

Reflexiones Filosóficas sobre la película “El Doctor”

Qué me sugiere “hoy” en este tiempo y espacio real las imágenes de  esta película que me remiten a una aproximación existencial de la relación médico-paciente.
Los títulos otorgan una competencia, nos  preparan y nos dan instrumentos  para…. Pero de ninguna manera es un pasaporte de omnipotencia para ejercer “nuestro conocimiento por el mundo” por qué cuántas veces “nuestra erudición” – no digo sabiduría-  sufre una lastimosa “abolladura”. ¿Qué quiero decir? Que se ponen en evidencia nuestras limitaciones,  no nos alcanza con el saber, con la tecnología puesta al alcance de nuestras manos, con los datos clínicos. Ahí el médico se da cuenta que los prepararon para atender enfermedades, pero con lo que se encuentran “son con personas enfermas” sujetos de carne y hueso. Que no hay enfermedades sino “enfermos”. Como no hay pobreza, es una entelequia, una abstracción mental, hay “pobres”, personas concretas con nombre y apellido, con rostros que nos interpelan y que nos comprometen y obligan a darles una respuesta.
El problema no sólo es solo físico, es emocional, social, cultural psicológico, anímico. No somos sólo cuerpo, sino que la mirada debe de ser dirigida a la integridad humana, a la PERSONA, que se constituye en esa interconexión médico-paciente. Es alguien que padece, que sufre, cuerpo que clama, lo más preciso que ha perdido, la salud, que necesita –por parte del médico entrega, comprensión- y allí constituye con él, la relación invalorable de CONFIANZA con el profesional. ¿Qué es la confianza?  Fiar-Con, en latín “Cum Fuides”, con fe.  Es integrarse en el reino de la vida, vida es esperanza  de recuperar aquellos que hemos perdido-la salud- y que nos hace sentir tan vulnerables, débiles, que nos paraliza, nos fosiliza, nos abate, nos irrita, nos genera desesperanza y lo peor pérdida de confianza en nosotros mismos. La confianza genera un mundo en el que lo que brota vive a la luz de la relación. La presencia anuncia estar ahí en plenitud, el uno para y con el otro. Sin ella la exploración se vuelve espectáculo. Con ella se anuncia la re-velación de un rostro. Y descubre que el síntoma no sólo es físico. Pero cuántas veces no sabemos leer el lenguaje del cuerpo que nos habla, nos grita y vale más que mil palabras.
Hemos de actuar, ante quien padece, con humanismo y espiritualidad, porque es una persona, única, irrepetible, intransferible, indivisa que establece una relación con el médico que es una interconexión entre un YO y un TU que conforman un NOSOTROS. Hay un diálogo de Ser a Ser. 
Tenemos que tener sensibilidad por lo humano, posibilidad que nos permite pasar de la ciencia a la conciencia. Dejar de vivir en el racionalismo científico-instrumental para asumir con plenitud el mandato de Hipócrates. Y además abrirnos con disponibilidad para tocar la vivencia de la trascendencia. La palabra que describe esta experiencia de la vocación del médico y de su profesionalismo es el término griego “kairós”: es el momento en que el paciente está listo para realizar su acto de conversión existencial. Porque el cuerpo “se mueve”, su movimiento se despliega, el cuerpo es el mediador activo entre Yo mismo y el mundo. Soy mi cuerpo, este cuerpo actual que llamo “mío”, el centinela que asiste silenciosamente a mis palabras, a mis alegrías, a mis desgarros, a mis padeceres y sentires. Así el mundo brota desde el fondo del propio cuerpo y el cuerpo se vuelve significante  del mundo. El cuerpo es para otro, es donación. De allí su carácter relacional intersubjetivo  y que se conforma en ese plexo de relaciones donde adquiere su significación y sentido.
Trelew, 28 de junio 2012

Mundo y lenguaje, moradas del hombre

RESUMEN:
Una correcta comprensión de la función lingüística puede ayudarnos a salir de nuestro encierro, y ella consiste en tener clara conciencia de los usos y alcances del lenguaje y la palabra. 
Prestigiosos lingüistas y filósofos del lenguaje han investigado estos principios, conocimientos y estrategias que regulan el lenguaje comunicativo. En cada uno de nuestros enunciados se realiza la puesta en escena de la relación intersubjetiva, la relación con la voz ajena y con los otros discursos. La enunciación y los enunciados son el punto central en el proceso de construcción del sujeto, en el proceso de aprendizaje de la sociedad y en el de la reproducción cultural. El otro es un humano activo en la escucha, en ese proceso de significación, de interpretación y por ello de diálogo.
Nos situaremos para efectuar nuestro análisis desde la fenomenología existencial de Heidegger. Este proceso de análisis conjuntamente con la filosofía de Ludwig Wittgenstein, ha sido llamado el ‘giro lingüístico’, pues el lenguaje pareciera haber tomado el lugar de privilegio que, por siglos, ocupara la razón.
Nuestro uso del término ontología arranca de la tradición inaugurada por Heidegger, para quien la ontología se relaciona con su investigación acerca del Dasein, que lo podemos definir como el modo particular de ser de los seres humanos. En este sentido, la ontología hace referencia a nuestra comprensión genérica -nuestra interpretación- de lo que significa ser humano. Cuando decimos de algo que es ontológico, hacemos referencia a sus dimensiones constituyentes que todos compartimos en tanto seres humanos, y que nos confieren una particular forma de ser.
Trelew, año 2012.

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La Ética de la Solidaridad como Desafío en un Continente Paradojal

RESUMEN:
La ética de la solidaridad  posee una vigencia particular, en este momento cultural, atravesado por el conflicto entre los operativos de la modernización y el crecimiento, por un lado, y, por otro, las exigencias de una ética del cuidado y de la protección.
Es  en el marco de la economía solidaria, donde se efectúa una radicalización de la democracia, se genera un interrogante sobre el impacto y proyección de la misma a nivel de un país, de la región latinoamericana, o en el plano de la sociedad humana en general basada en la ética del cuidado.
Se ha planteado, desde hace más de un siglo, que una forma de radicalización y profundización de la economía solidaria es a través del cooperativismo y la autogestión. La respuesta ha sido –sintéticamente- que el cooperativismo y la autogestión, en cuanto amplían socialmente el ingreso al capital, permiten a muchos participar en la gestión de las empresas y generan situaciones de empleo estables, crean condiciones para la expansión de la participación democrática, no sólo en el ámbito económico, sino en todos los asuntos de carácter social y  en los que interviene el Estado. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que la autogestión y el cooperativismo son una escuela de participación social y democrática. Pero también, crean condiciones culturales y sociales favorables al funcionamiento de una democracia participativa, e incluso facilitan la formación de actores y sujetos sociales independientes capaces de realizar acciones sociales y políticas tendientes a la profundización de la democracia. Esto es importante en nuestros países, fuertemente burocráticos y formales, donde casi nunca hay una posibilidad real de acceso y participación en la toma de decisiones. Pero para comprender en su real dimensión la economía de la solidaridad, es preciso señalar que es un proceso de transformación y cambio mucho más amplio y radical que la acción cooperativa y la autogestión. En ella concebimos la solidaridad como un elemento activo, matriz de relaciones, fuerza productiva y comportamientos económicos en los procesos  de producción, distribución, consumo y acumulación. Es un nuevo modo de gestionar economía, el establecimiento de una realidad económica especial, alternativa, que da lugar a nuevos modelos de empresas basadas en la solidaridad y el trabajo, con un mayor grado de co-responsabilidad y co-participación entre sus miembros que garantizan nuevas formas de distribución más justas, basadas en la cooperación, reciprocidad y mutualismo, y  las nuevas formas para el consumo que integran las necesidades de la comunidad imbricadas con las necesidades para el desarrollo de la persona y la sociedad.
Trelew, año 2012.

Ética de la Hospitalidad: Un camino para la Inclusión Social

RESUMEN:
En una sociedad cada vez más compleja, con un alto nivel de conflictividad social, de violencia pública y privada: familiar, escolar, laboral, urge plantearnos cómo rescatar y dar una respuesta responsable a todas aquellas personas que no se sienten “hospedadas” en ella, sino, todo lo contrario, ven amenazadas sus existencias en el día a día, vulnerada su dignidad personal, degradadas por un sistema social, económico y político perverso que ejerce violencia sobre ellas, fragmentando sus personalidades, sus potencialidades de realización.
Se acentúa el desamparo, su exclusión sin identidades, son “sin rostros” porque están fuera del mercado, donde, el valor está dado por el consumir, el “tener” y desmedro del “ser” 
Lo que proponemos es rescatar, a través de los valores de la ética de la hospitalidad, la solidaridad, la justicia, equidad, un nuevo concepto de comunidad, a fin de conformar una sociedad más humana, más vivible que se oriente al Bien Común.
Trelew, año 2012.

El Trabajo como camino hacia la Humanización

RESUMEN:
Tenemos, en esta comunicación, como objetivo indagar, tratando de re-pensar y re-orientar ¿Si es posible, como seres humanos, que nos sintamos reconocidos como tales y pertenecientes a una “comunidad”?
En nuestra sociedad, del siglo XXI, fragmentada, caracterizada por una gran inestabilidad que genera incertidumbres e inseguridades de todo tipo, el trabajo no escapa a ese proceso; que, además, va acompañado de una pérdida de valores como la solidaridad, la cooperación,  la equidad, en lo individual y lo más grave en lo institucional.
Observamos que toda dimensión comunitaria, cooperativa está clausurada.
La solidaridad es lo justo, genera la reflexión ética: es hacerle ver al hombre la jerarquía de los valores en los cuales debe realizar su vida. Y la comunidad-es ahora- el conjunto de personas que están unidas por un deber, por una deuda, por una obligación de dar.
En esta comunidad el “vinculo del trabajo” debe liberar a los hombres de los sufrimientos innecesarios que menoscaban su dignidad de personas valor de la vida. El trabajo donde el hombre se siente explotado degrada la naturaleza humana, en vez de crear, genera enajenación, alienación, lo fosiliza.
Toda la estructura social corre el riesgo de quedar prisionera de la mentalidad tecnológica, que apaga la espontaneidad y esclaviza a la persona, como sabiamente lo señala la encíclica “Labores Exercens”, que hombre es valorado hoy por lo que produce y consume y “no por lo que es”.
La urgencia radica en crear un multiculturalismo laboral activo, basado en la construcción de valores cooperativos, de desarrollo y solidarios, encontrando nuevos espacios de movilización para reforzar la solidaridad cooperativa institucional.
Trelew, año 2012


martes, 17 de enero de 2017

Entrevista Canal TLV1

Silvio Maresca (Filósofo) entrevista a la Profesora de Filosofía María Cristina Roth, estudiosa sobre la perspectiva del personalismo. Explica una síntesis de sus estudios en base a la personalidad, el individualismo, el marginalismo como mayor inequidad. La responsabilidad que tenemos frente a estos flagelos modernos.