lunes, 12 de julio de 2021

Análisis de la película "La guerra de los botones"

                   LA GUERRA DE LOS BOTONES

 

                                                             Versión 2011

   Miré las dos versiones, esta vez, me gustó más esta versión y haré cierta comparación con la versión del 1962.

   Se remiten, estas películas, a un delicioso y atrapante relato de aventuras infantiles y juveniles, en el cuál dos grupos de amigos de poblaciones vecinas, se enfrentan en batallas campales y juegan con todo tipo de estrategias para derrotar a sus enemigos.  No se trata de una guerra encarnizada, cruel o violenta; sino más bien de enfrentamiento entre personalidades líderes, de dos grupos,  que con símbolos y alegóricamente llegan a altos parámetros y niveles de antipatía y enemistad.

   Es la guerra de los botones, una de las tácticas distintivas es sacar los botones de los vestidos a cualquiera que sea atrapado, capturado por el otro bando, es un símbolo de poderío  y humillación mandarlo a su casa o a su barrio de regreso con”esa mutilación” que genera retos y burlas, en sus casa, por sus padres, en el barrio vergüenza.

   Barrratier ha narrado una historia entretenida del principio al fin.  Y ha logrado, a mi parecer, desde esos dos puntos de vista: el de los niños pero entrelazado con la historia paralela de una guerra de verdad, que se llevaba en la clandestinidad  de la resistencia francesa contra la ocupación alemana y los colaboracionistas locales. ( No tan explícita en la primera versión de 1962).

   Este relato me trae reminiscencias de una época espacio-temporal , ubicada en mi infancia y adolescencia, con pasajes que podemos reconocer como familiares, con momentos de alegría y otros de angustia, enojo y cierto revanchismo, vivido en mi época de estudiante secundaria y en las aulas escolares-de primaria y secundaria-  con el clásico” te espero a la salida en la esquina.”

   Esta Guerra de Botones, aunque inocente, muchas veces presagia situaciones más serias y descarnadas. Lo trágico tiene que ver con las consecuencias inesperadas y terribles que traicionan cualquier inocencia…Ayer y hoy…

   Dejando a un lado estos aspectos trágicos nos trasladamos con planos generales, a las bellas imágenes de la campiña francesa, con paisajes verdes e idílicos y también y los pintorescos personajes que habitan esos pueblos que viven la cotidianidad del humor y la picardía, a pesar de las limitaciones a las que están sometidos.

  Película muy cuidada, en la fotografía con excelentes primeros planos, en distintas escenas por ej. el niño que hace de protagonista, que despiertan y generan sentimientos de ternura porque son personajes infantiles(como el más pequeño con sus intromisiones reiteradas ocurrencias) y también los juveniles que son cautivantes.

   Nos regala, la película, dos historias amorosas, ambas matizadas por desenlaces inesperados, que aportan emoción, y son protagonizados por una joven, dulce, atractiva e intrigante, en cuanto a su identidad y pasado,  -Violette- una niña judía refugiada y protegida por una valiente, intrépida y osada vendedora del pueblo- Simone- con el que logra tanto el director, como el guionista,  un mayor equilibrio en secuencia narrativa enriqueciendo la película.

   A mi criterio me gustó, me pareció una bella historia, bien contada que se deja disfrutar con humor y placer, recuperando la inocencia y picardía de ese niño que todos tenemos, y siempre y cuando seamos sensibles y espontáneos. Cómo dejando a un lado la mirada de adulto adusto, racional y permitiéndonos recordar y re- vivir nuestras travesuras infantiles.

 

                                                          María Cristina Roth