Cuerpo y Alma
Estamos ante una película para mirar, sentir, acallar
nuestro pensamiento y abrir el corazón, emocionarse ante maravilloso y a la vez
enigmático vínculo entre sus protagonistas Endre y María.
Película que inicialmente me resultó muy hermética,
confieso, que me costó transitar las
escenas del frigorífico, con muchas elipsis, porque venís de retozar con los
ciervos en ese maravilloso y salvaje bosque y, de golpe veo una res colgada. Mi
impresión fue de cierta sorpresa y debo
reconocer desagrado e impresión…
Su directora Indilko Enyedi, después de no filmar por muchos
años encara este proyecto, a los 63 años; la historia de dos personas con el
corazón roto y dolorido, resignados a una vida sin amor, pero, con reservas
ocultas que sólo el impulso inconsciente con una cuota de azar, propicia el
encuentro de dos seres heridos, solitarios y “diferentes” herráticos. Diría
inescrutables y muy difícil acceder a su interioridad y en permanente
dialéctica entre la soledad y un querer compartir, para ellos de muy
dificultoso acceso.
Les cuesta interactuar y María con su cara inexpresiva , con
una memoria extraordinaria, propia de su padecimiento, como su capacidad
intuitiva , convive con una desmedida exigencia de perfección que se manifiesta en escenas tales como la
clasificación de las reses por los milímetros e grasa otorgándoles, ante la
sorpresa de todos, la categoría B.
Es obsesiva, distante y fría, encerrada en sí misma y por
momentos, nos sorprende con conductas sin filtro alguno, a su retracción para
relacionarse, y pienso, la escena, cuando compra el celular, le habla e a
continuación, hasta a mí me sorprendió , le dice con total naturalidad “ querés
que hoy durmamos juntos” él queda impávido y acepta. Ya vimos que fue una
experiencia fallida.
Esa timidez que ella manifiesta hizo, que yo creara con
ella, una conexión especial con ella
desde el principio, es un personaje lleno de matices, como su increíble memoria
y miedo al contacto humano.
Las interpretaciones son muy ajustadas a la historia, sin
estridencias y los acontecimientos se van instalando a un rítmo pausado en la
narrativa de las diferentes escenas…
La interpretación que
hace el personaje masculino Endre ,es un actor amateur que no había hecho cine
en su vida..
La película empieza con una escena de dos ciervos (macho y
hembra) retozando, libremente, en un paisaje bellísimo, nevado, con un primer
plano impecable. Anticipo la inesperada alternancia, posterior, entre el estado
de vigilia y el onírico o simbólico, que atravesara otras escenas de la
película para poner de manifiesto lo más curioso que surge entre los
protagonistas una similitud y simbiosis en sus sueños. Que difiere de su
relación temporal, espacial de la corporeidad en la mundanidad.
Los sueños, ese mundo onírico que está caracterizado
fundamentalmente porque se rompe la barrera de los consciente, de la lógica
racional, de la lógica racional, es un mundo sin tiempo lineal, sin cronología,
sin límites impuestos, sin espectadores y sólo adquieren connotación real en el
estado de vigilia, en el intento ,ya desde la racionalidad consciente , donde
se organizar esa imágenes asincrónicas en el relato sincrónico en el que
ocurrieron.
Ese brillante y, porque no, para mí, desacostumbrado
comienzo será continuado a través de secuencias concisas u sobrias que hará
transitar la película amable. La directora es también la guionista de la
película, la sobriedad y la frialdad expuesta, en su protagonista, harán resaltar la ternura y hermosura
manifiesta en la “especial relación amorosa y corporal al final del film. Donde
hay una íntima entrega oblativa del uno al otro consumando en lo físico ese
tránsito al amor relacional entre “cuerpo y alma”.
Acompañando la trama principal en la que se entrecruzan en
forma genial la rutinaria vida diaria de sus protagonistas con sus sueños
conectados y luminosos, se nos presentan también caras oscuras que esconden al
hipócrita, al corrupto (el policía) . Nadie es lo que aparenta, cada uno
esconde una realidad detrás de un estereotipo.
Concluyendo, sin por ello agotar el tema, es un drama romántico, que manifiesta lo que
no es nada sencillo, el dolor de una persona con asperger, aunque este no sea
exhibido explícitamente en las conductas y actitudes de María.
María
Cristina