lunes, 12 de julio de 2021

Análisis de la película "Dublineses"

                                    DUBLINESES

                                                               María Cristina Roth

   La película se desarrolla teniendo como centro el decimoquinto relato “Los Muertos” de una colección de cuentos de James Yoyce y Huston eligió este para llevarlo a la pantalla. Es una sorprendente adaptación- el film-  fiel y precisa del relato cinematográfico, que asombra,  sobre todo por la extraña identificación  entre dos sensibilidades tan dispares, como la Huston y Joyce.

   Su hijo Tony, autor del guión y su hija Anjelica en el papel de Gretta, la protagonista que ofrece una excepcional interpretación llena de sutileza y verdad.

   La historia se presenta como un festejo con baile llevado a cabo de dos hermanas solteronas, y una sobrina en Dublin. Sin embargo, el tema de fondo es “la muerte”. Muerte de seres amados entrañablemente y queridos, que lleva a los personajes a realizar una mirada retrospectiva de sus vidas. Sobre todo a través de Gretta y de su marido, Gabriel,que sufre, al final de la película una dolorosa y desgarrante revelación.

   En la película no hay, muertos, si oscuros, sombríos y misteriosos personajes que comparten el ambiente decadente de la celebración de la Navidad. Las conversaciones, los bailes y canciones y una que el tenor no quiere interpretar “The last of Aughrim” ,pero que finalmente la canta para unos pocos… y se escucha la música  de la misma cuando ya terminada la fiesta parten de la casa y al escucharla le causa una gran conmoción a Gretta, nos van acercando a la temática que voy abordar y las escenas (1hora:10´ -23 minutos) que ella se queda parada arriba en la escalera, que se va creando el climax , para el desenlace final, que nos acerca a lo efímero de la vida, los amores perdidos y no correspondidos, la aceptación de la finitud de la existencia humana…

   Cuando Gretta habla con su marido en el cuarto con actitud “generosa”  y sus ojos invadidos por las lágrimas ante la revelación que le está haciendo y confesión sincera y profunda que la llevo en un viaje a su pasado juvenil y la pérdida de ese amor  que nunca pudo olvidar. Y es en su corazón una ausencia-presente…

  Amar a alguien, es amarlo entero, “cuerpo y alma”, razón que tal vez, por ello no hayan habían consumado su matrimonio, pero la persona solo es amante si sale al encuentro “del otro”. El amor no es ser amado sino “amar”, dar y no recibir, es siempre una manera de “ir”, de exportarse lo que no es uno mismo, dirigir la mirada hacia algo inasible. Al amor lo envuelve una lógica oblativa, rompe todas las categorías por encontrarse más allá de ellas. Somos por excelencia el ser de la palabra y del amor. En ese encuentro interpersonal entre, Gretta y Gabriel, estaba ausente la estructura “dialogal” y responsorial que requiere el amor. La unicidad de la persona es vivida como interioridad… En cada encuentro y comunión le otorga a la persona un carácter trascedente, es la única realidad sagrada que nos encontramos, y ese sentimiento profundo lo vivió Gretta con ese joven de 17 años, que muere tempranamente creando en ella un profundo sentimiento imborrable, de dolor y desasosiego del que no se puede liberar en el tiempo.

La dimensión temporal de la existencia

   La historicidad, y su percepción es una característica que solo se encuentra en el hombre. Indica el modo partícular de la existencia humana.

   Implica el hecho de que todo hombre se ve situado en una tensión, entre el pasado ya realizado, y nuevas posibilidades futuras, que lo harán realizarse individualmente o comunitariamente.

  Asume que la realización de la historia es una tarea personal a través de una decisión libre.

   La historicidad de la persona humana se realiza y actúa en un diálogo fecundo y libre con el pasado ya constituido y heredado, hacia un futuro que está abierto a la novedad y a la libertad. El pasado aparece y es vivido, porque permanece en cierto modo presente, en este caso en Gretta. No es un presente absoluto sino un presente temporal - ella lo hace presente a través de la memoria y el recuerdo-un presente en que ese pasado se resbala, se sustrae. Es un presente que existe en la tensión dinámica entre el pasado y el futuro. Esa muerte se disfumina en la nada de las noches y las sombras.

  Toda esa experiencia, Gretta, la vive como sufrimiento o dolor, es el modo como siente esa pérdida y la vive como frustración  y ve el camino de su existencia sembrado de impedimentos, bloqueado a la posibilidad de la entrega a un nuevo amor: Gabriel. Su existencia actual, dista mucho de ser un idilio. El desorden y el fracaso, la soledad y la angustia caracterizan de diversa manera en el presente ese pasado añorado.

  La muerte como problema existencial

   A diferencia del animal el hombre se da cuenta de su finitud, que camina hacia el hundimiento inevitable. La certeza de la muerte está siempre, en cierto modo presente en el horizonte de la conciencia. El filósofo Max Scheler nos habla incluso de una certeza innata y espontánea. Pero no se trata de un saber neutro e impersonal. La conciencia  de la muerte necesaria es una mezcla de amenaza inminente que no perdona, pero se nos presenta como algo distante y que por eso no oprime radicalmente. La negamos y hay una tendencia a la huida, en la mayoría de los casos las personas se dejan llevar por disipación exterior ( por ej. La escena el baile y celebración navideña) donde cada uno evidenciaba lo oscuro de su personalidad, dibujando” una falsa alegría”.

  Gretta, a lo largo de esa noche evidenció una nostalgia, un sentimiento de cordialidad forzada, porque la música la retrotraía a ese pasado de pesar y tormento: la muerte su amor de juventud truncado. La muerte de la persona amada la hiere a sí misma. Allí la muerte irrumpe  concretamente como amenaza del amor e hipoteca el sentido mismo de la existencia.  

  Cabría preguntarnos ¿Qué significa para la existencia que la muerte tenga poder sobre ella? El que sea imposible sustraerse a ella, e introduzca un estado irreversible. Frente a la muerte, todas las posibilidades, todos los proyectos concretos, que Gretta tenía en su juventud quedaron revestidos por un velo de nulidad.

   El hombre mismo es nada –escena de Gabriel mirando con una mirada perdida, plena de desesperanza y vacilante ese mundo que veía a través de la ventana que ya había dejado de ser su verdadero hogar. Estaba ante un paisaje espectral de una grandeza trágica y solitaria. Y ese paisaje se transformaba en el espejo de la desesperanza, y a la vez, rompe y desgarra violentamente sus proyectos.

“Su alma caía lenta al oír caer la nieve leve sobre el universo y caer leve la nieve, como el descenso de su último ocaso, sobre todos los vivos y sobre los muertos”

 

                                                         30 de junio 2021