miércoles, 12 de julio de 2017

El Trabajo como camino hacia la Humanización

RESUMEN:
Tenemos, en esta comunicación, como objetivo indagar, tratando de re-pensar y re-orientar ¿Si es posible, como seres humanos, que nos sintamos reconocidos como tales y pertenecientes a una “comunidad”?
En nuestra sociedad, del siglo XXI, fragmentada, caracterizada por una gran inestabilidad que genera incertidumbres e inseguridades de todo tipo, el trabajo no escapa a ese proceso; que, además, va acompañado de una pérdida de valores como la solidaridad, la cooperación,  la equidad, en lo individual y lo más grave en lo institucional.
Observamos que toda dimensión comunitaria, cooperativa está clausurada.
La solidaridad es lo justo, genera la reflexión ética: es hacerle ver al hombre la jerarquía de los valores en los cuales debe realizar su vida. Y la comunidad-es ahora- el conjunto de personas que están unidas por un deber, por una deuda, por una obligación de dar.
En esta comunidad el “vinculo del trabajo” debe liberar a los hombres de los sufrimientos innecesarios que menoscaban su dignidad de personas valor de la vida. El trabajo donde el hombre se siente explotado degrada la naturaleza humana, en vez de crear, genera enajenación, alienación, lo fosiliza.
Toda la estructura social corre el riesgo de quedar prisionera de la mentalidad tecnológica, que apaga la espontaneidad y esclaviza a la persona, como sabiamente lo señala la encíclica “Labores Exercens”, que hombre es valorado hoy por lo que produce y consume y “no por lo que es”.
La urgencia radica en crear un multiculturalismo laboral activo, basado en la construcción de valores cooperativos, de desarrollo y solidarios, encontrando nuevos espacios de movilización para reforzar la solidaridad cooperativa institucional.
Trelew, año 2012